NUESTRO SIEMPRE
Los autos ya comienzan
a circular: la noche
se desmenuza. Lo
que era incierto se tiñe
poco a poco de luz,
de un calor y un sentido.
La Aurora de rosáceos
dedos --la que devuelve
las cosas a su origen
más nítido-- retorna.
(La ambición se relame;
el músculo hablará.)
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