INSOMNIO
No me soporto. Solo
como las pencas, trato
de dormir en la cama
en la que vos gimieras
sobre mí (es una historia
más remota que Dios
y sus alrededores).
Me doy vuelta, fatigo
las almohadas poniendo
un brazo de través,
los dos brazos, ninguno,
las tiro lejos. Ya
vendrás de nuevo a verme:
distante como un iceberg:
como una conocida.
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