martes, 27 de febrero de 2018

DESDE EL COTORRO


Mientras leo no pienso 
en vos, pero es alzar 
la vista y recordarte, 
todo en un mismo y brusco
movimiento. Son días 
de respirar en vilo, 
de perderme en la sed. 
Antes estaba en calma: 
podía prescindir 
de tu nombre. Hoy las muescas 
en la pared resumen 
muy lentamente el sur 
de este extrañarte. Soy 
un desierto sin sombra 
donde nunca es de noche. 

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