DESDE EL COTORRO
Mientras leo no pienso
en vos, pero es alzar
la vista y recordarte,
todo en un mismo y brusco
movimiento. Son días
de respirar en vilo,
de perderme en la sed.
Antes estaba en calma:
podía prescindir
de tu nombre. Hoy las muescas
en la pared resumen
muy lentamente el sur
de este extrañarte. Soy
un desierto sin sombra
donde nunca es de noche.
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