ANTES ERA DISTINTO
Sufro, como Novalis,
con ansiedad las horas
de luz y el movimiento
en las calles, afuera.
Pero, al llegar la noche,
me pacifico y oigo
las profundas pisadas
de un animal de bien.
Entonces se concilian
de sur a norte los
anhelos, y la mente
se calla, y hay un ángel.
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