LA QUINTA
Te sabés de memoria
la forma de la casa
de tus padres. Podrías
trazar un plano pero
es en las descripciones
--la palabra, puntual
y cálida-- que nace
nuevamente ese mundo
confesional, verídico.
Tu actual casa es el blanco
de sus paredes: poco
la sentís aunque estés
hora tras hora en ella;
es un río sin peces.
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