martes, 29 de mayo de 2018

Y SIN EMBARGO, QUÉ


Hace cosa de un mes 
que no veo la tele. 
El mundo seguirá 
sorbiéndoles las tripas 
a los desharrapados. 
La guerra hará lo suyo 
en Siria y otras partes 
menos promocionadas. 
Lo real, lo que cruje 
--al menos esta noche--, 
tiene formas un poco 
más personales, no 
con resplandor de épica
ni con huestes injustas
contra las que correr
o indignarse. La tele 
arrastra nuestras horas 
hacia escenarios míticos. 

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