INGENIERÍAS
Repasa el lavarropas
con sus giros las prendas
que pusiste hace un rato,
vuelta tras vuelta. Luego
centrifuga, potente
como cualquier motor,
y el agua es expelida
hacia el pasto --un conducto
que pergeñó tu ex
la canaliza--. Pasa
un ángel. Te acordás
de pronto del chirrido,
en la pileta, de
la bomba. De tu padre
y su sudor. De un rostro
y una oración. Garúa.
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